Norberto Galasso y Juan Carlos Jara en el Centro Cultural Islas Malvinas
¿Cuántas facetas tiene un hombre? ¿Se puede ser compositor de tango, autor de novelas y cuentos, astrólogo aficionado, boxeador, periodista, dirigente gremial y uno de los poetas argentinos más importantes del siglo XX? La respuesta es uno de los ejes de Barro de arrabal. Vida de Cátulo Castillo, libro del periodista e historiador platense Juan Carlos Jara. Esta obra forma parte de la colección “Nomeolvides” del Instituto Arturo Jauretche y fue presentada el jueves pasado en el Ciclo Cuatro Ficciones, organizado por el Grupo Editor Mil Botellas en el Centro Cultural Islas Malvinas. Acompañaron al autor del libro, el periodista y escritor Norberto Galasso y Marco Aurelio Roselli, director del Instituto Jauretche.
A lo largo de la charla se comentaron anécdotas de Cátulo Castillo que lo pintan tal cual era. Por ejemplo, que se dedicaba a recoger perros de la calle en Ciudad Evita convirtiéndose en una suerte de veterinario sin título del barrio, o de un encuentro con Perón en 1953 en una Unidad Básica dirigida por la actriz Fanny Navarro, donde el entonces presidente le dijo: “La cultura es popular o no es cultura”, y le ofreció la presidencia de la Comisión Nacional de Cultura, cargo que el compositor de tangos ejerció hasta el golpe de 1955.
Norberto Galasso emparentó la figura de Castillo con otros poetas magistrales que fueron silenciados durante años por su adhesión al peronismo, como Enrique Santos Discépolo y Homero Manzi. Y habló de “la clase dominante que controlando editoriales y diarios enseñó una historia falsa y dio importancia a escritores que se ponían al margen de los anhelos del pueblo”. Utilizó, para graficar esa idea, la figura de Borges de quien dijo que “tuvo la desgracia de encontrarse en el camino a Victoria Ocampo” y que “basaba sus emociones en cubitos de hielo”.
Según las opiniones de Jara, Galasso y Roselli, Cátulo Castillo entra en la categoría de los malditos, aquellos personajes silenciados por la cultura oficial. Y para darle más tinte político, sostuvieron que Castillo representaba la figura del poeta depuesto.
La charla culminó con un show musical presentado por Carmencita Miranda donde el bandoneonista Daniel Martínez Prícolo y las voces de Juan Carlos Galvani, interpretando Anoche y Fabián Spinelli, entonando Tinta roja, La última curda y Desencuentro. Otra forma de continuar disfrutando de las letras de Cátulo, las mismas que hablaban “de la cultura de la orilla”, según la definición de Juan Carlos Jara.
El jueves 28 a las 19.30 horas se cierra el mes de biografías con las presencias de Carlos Vallina, co-autor de El cine quema. Raymundo Gleyzer, Ricardo Petraglia, quien escribió Estela. La muerte de una hija que parió una abuela y Felipe Celesia, co-autor de La ley y las armas. Biografía de Rodolfo Ortega Peña.
Juan Manuel Bellini
Nota publicada en Diagonales, martes 29 de mayo de 2009.
A lo largo de la charla se comentaron anécdotas de Cátulo Castillo que lo pintan tal cual era. Por ejemplo, que se dedicaba a recoger perros de la calle en Ciudad Evita convirtiéndose en una suerte de veterinario sin título del barrio, o de un encuentro con Perón en 1953 en una Unidad Básica dirigida por la actriz Fanny Navarro, donde el entonces presidente le dijo: “La cultura es popular o no es cultura”, y le ofreció la presidencia de la Comisión Nacional de Cultura, cargo que el compositor de tangos ejerció hasta el golpe de 1955.
Norberto Galasso emparentó la figura de Castillo con otros poetas magistrales que fueron silenciados durante años por su adhesión al peronismo, como Enrique Santos Discépolo y Homero Manzi. Y habló de “la clase dominante que controlando editoriales y diarios enseñó una historia falsa y dio importancia a escritores que se ponían al margen de los anhelos del pueblo”. Utilizó, para graficar esa idea, la figura de Borges de quien dijo que “tuvo la desgracia de encontrarse en el camino a Victoria Ocampo” y que “basaba sus emociones en cubitos de hielo”.
Según las opiniones de Jara, Galasso y Roselli, Cátulo Castillo entra en la categoría de los malditos, aquellos personajes silenciados por la cultura oficial. Y para darle más tinte político, sostuvieron que Castillo representaba la figura del poeta depuesto.
La charla culminó con un show musical presentado por Carmencita Miranda donde el bandoneonista Daniel Martínez Prícolo y las voces de Juan Carlos Galvani, interpretando Anoche y Fabián Spinelli, entonando Tinta roja, La última curda y Desencuentro. Otra forma de continuar disfrutando de las letras de Cátulo, las mismas que hablaban “de la cultura de la orilla”, según la definición de Juan Carlos Jara.
El jueves 28 a las 19.30 horas se cierra el mes de biografías con las presencias de Carlos Vallina, co-autor de El cine quema. Raymundo Gleyzer, Ricardo Petraglia, quien escribió Estela. La muerte de una hija que parió una abuela y Felipe Celesia, co-autor de La ley y las armas. Biografía de Rodolfo Ortega Peña.
Juan Manuel Bellini
Nota publicada en Diagonales, martes 29 de mayo de 2009.
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