lunes, 27 de septiembre de 2010

UNA LECTURA MADURA A BASE DE CEBOLLAS

Iris Rivera en la charla del jueves
La escritora Iris Rivera participó del ciclo literario organizado por la editorial Mil Botellas, para hablar de algo que pocas veces se habló: la literatura infantil. Sin embargo, ella misma se encargó de aclarar algunos conceptos. “Yo escribo para personas que están creciendo”, dijo, decidida a borrar por completo el adjetivo “infantil” o “juvenil” que sigue generalmente y hace pensar en la producción de una literatura menor o infantilizante. “Creo en la literatura a favor del crecimiento y al sacarle el adjetivo, se está apostando también a que algo crece. No a un mundo de ilusión, a un mundo de hadas donde todo se soluciona con la magia”, explicó la escritora.
Desde el público se preguntó sobre su libro Haiku (Calibroscopio Ediciones, 2009) que publicó junto a la ilustradora María Wernicke. Haiku partió de lo que ella llama “textos de cajón”, y a modo de homenaje a una maestra que le permitió conocer este tipo de composición poética de 17 sílabas. Aunque el libro carezca de haikus precisamente y Haiku sólo sea el nombre del perro protagonista. “Surgió de esos textos genuinos que ninguna editorial te fuerza a escribir”, y continuó, “fue un trabajo de a dos, a litros de café y mate de por medio, de manera que la historia se narró en dos lenguajes simultáneos: el de la plástica y el de la literatura”. “Ella bocetaba y yo tocaba el texto en función de las imágenes”, contó Rivera, “porque cuando la imagen habla no hace falta que la palabra insista sobre lo dicho, y viceversa”.
Se asumió admiradora de la literatura que surgió a partir de los años ochenta y que tomó como antecedente a María Elena Walsh, en donde la propuesta es un diálogo con el lector, de igual a igual, más que la transmisión de un mensaje o un consejo. “En los setenta, llegó todo una literatura entre comillas, de mensaje, y que sólo enseñaba por ejemplo, a lavarse los dientes”. A continuación, punteó una serie de nombres como el de Graciela Montes, Gustavo Roldán, Laura Devetach y Ema Wolf, ubicándolos como maestros que hicieron escuela en la literatura argentina.
Para Iris Rivera, una historia tiene tantas lecturas como capas tiene una cebolla. “Uno puede ahondar en la lectura hasta donde le permitan sus experiencias de vida, hasta la capa que puede, porque en un buen cuento hay mucho que no se dice y mucho por descubrir”. Y comparó, “la lectura no es como la papa que tiene una sola capa y se brota desde la cáscara”, y continuó, “al Lector Cebolla un cuento cebolla le permite que brote una lectura desde el corazón, y a la vez, le permite descubrir sus propias capas”.
En relación al oficio, Iris Rivera ilustró con maestría cómo escribe, a partir de la escritura de su cuento “La nena de las estampitas”. Para ella, la mayoría de las veces es necesaria una imagen como punto de partida, luego una historia posible para esa imagen y como agregado, una picardía que altere dicha historia. “Una malicia”, confesó. Otro detalle, ella escribe mientras plancha o lava para matar el aburrimiento, “el lavadero es el mejor lugar de creación para mí”, expresó entre risas. Además, “en los cuadernos que no le mostraba a la maestra, en esos escribía”, y hacia el final de la charla concluyó: “muchas de las preguntas de ese cuaderno aún me ayudan a escribir historias”.
Por último expresó su descontento con los docentes o maestros que ya no leen, pese a que la transmisión de la lectura a los chicos en sus primeros años es esencial. Y trajo a la mesa la polémica que el periodista y escritor Guillermo Saccomanno propuso al respecto meses atrás en un artículo de Página/12. “Alguien que quiere acercar a los chicos a los libros, en primer lugar, conviene que busque y lea los más escondidos, que generalmente son los mejores”, aconsejó.
El próximo jueves, a las 19. 30hs. los jueves literarios continúan con el poeta y letrista Héctor Negro en una charla dedicada al tango y la poesía.

Sofía Silva

Foto: Delfina Magnoni

Nota publicada en el diario Diagonales, el domingo 26 de septiembre de 2010.

lunes, 13 de septiembre de 2010

EL FÚTBOL Y LA PATRIA

Rodolfo Braceli después de la charla

El fútbol nos permite ver como somos los argentinos”, sentenció Rodolfo Braceli, apenas iniciado el encuentro del jueves pasado. Y de alguna manera, la charla giró en torno a esa idea. Una idea a la que el autor de Perfume de gol le aportó el relato de algunos de sus cuentos como también comentarios y anécdotas sobre el deporte más popular del país.
“El fútbol es mucho más que la patria misma”, sentenció Rodolfo Braceli, como para comenzar un encuentro sin titubeos. Y al rato de la exposición de esas frases contundentes, leyó “Dice la esposa emputecidas”, cuento incluido en su último libro. Algunos de sus cuentos fueron prologados por breves audios de personajes célebres. Por ejemplo, Antonio Cafiero, confesando que faltó al nacimiento de uno de sus hijos por ir a ver un partido de Boca. O un diálogo entre Víctor Hugo Morales y un imaginario José Luis Cabezas, en donde el fotógrafo asesinado le pide que relaté para él el gol de Maradona a los ingleses. Y Victor Hugo cumple con el pedido.
A la hora de repasar algunos de sus tantos libros, comentó la particular forma de elegir los cuentos de Perfume de gol. “Tengo un perro que se llama Manyín, y siempre que me ve escribiendo entra a la habitación para apoyarse sobre el papel en el que trabajo. Entonces, dejé tirado en el suelo la primera hoja de cada uno de los cuentos, y dejé que él los eligiera. Los que iba pisando, esos fueron quedando en el libro. Él fue el responsable de la selección”, contó el periodista, escritor y poeta mendocino.
Su rol de periodista se notó en varios fragmentos de la charla sobre todo cuando contaba los orígenes de alguno de sus cuentos. Muchos de ellos surgieron de noticias, incluso de noticias con poca trascendencia mediática. Su costado poético también tuvo lugar al leer un poema dedicado a un ex combatiente de Malvinas, estaqueado en las Islas.
En una charla que duró casi dos horas, al final se dio un fluido intercambio con el público. Los presentes preguntaron sobre la relación personal con el fútbol. “Soy un apasionado por el fútbol como cualquier otro, pero no condeno a quien no le gusta”, aclaró. También comentó, brevemente, su próximo libro, Escritores descalzos. Es una recopilación de entrevistas a escritores de diferentes épocas. García Márquez, Jorge Luis Borges, Manuel Mujica Lainez, Woody Allen, entre otros. Se reconoció un escritor compulsivo: “no puedo parar de escribir”. Al final, Rodolfo Braceli se dispuso a dedicar libros que llevó parte del público.
El ciclo continua el jueves 23 de este mes, con la presencia de la escritora Iris Rivera, en una mesa dedicada a la literatura infantil.

Ramón D. Tarruella
Foto: Delfina Magnoni Nota publicada el domingo 13 de septiembre de 2010 en el Diario Diagonales.

domingo, 5 de septiembre de 2010

MÁS POESÍA, MENOS POLICÍA

El ciclo literario que organiza la editorial Mil Botellas en el Centro Cultural Islas Malvinas, inauguró el mes de septiembre con el evento “Más Poesía Menos Policía” que por primera vez, hizo su presentación en la ciudad de La Plata. A pesar de la lluvia y el frío del pasado jueves, un público numeroso se animó a la consigna de más poesía en las calles.
El proyecto “Más Poesía, Menos Policía” nació hace dos años y medio con el empuje de dos de sus integrantes, Nicolás Castro y Ricardo Dios, en una casa porteña que a partir de los frecuentes ensayos fue bautizada “La Sinagoga del Rock”. Punto de partida de un espectáculo ambulante que ya ha pasado por Santiago del Estero, Capital Federal y Rosario, sumando a una considerable lista de poetas de distintos puntos del país. El evento consiste en el despliegue de sus producciones siempre en compañía de otras artes como la pintura, la fotografía y la música.
En pantalla gigante, la mirada iracunda del poeta norteamericano Ezra Pound y otras tantas provocativas del escritor William Burroughs, fue seguida del rostro afeitado de Macri, por imágenes de diciembre de 2001 y los enfrentamientos urbanos de la última década, y también por los clásicos grafitis de Bansky donde dos policías se besan o un militante arroja flores al aire.
“Más Poesía Menos Policía” se vuelve una consigna tan impactante como provocadora que invita a los poetas contemporáneos a una ronda de poesía. Sin repetirse, de ciudad en ciudad, el espectáculo varía con la promoción de un mismo lema.
Para esta ocasión, encabezó el espectáculo Manu Sánchez Viamonte, integrante del grupo platense El Mató a un Policía Motorizado. Comenzó con sus poemas a modo de pensamientos inconclusos y dichos en voz alta. “Más bien, Boludonias, así las llamo”, explicó. Luego el Gato Sisti Ripoll, cantante del otro grupo platense 107 Faunos, leyó una serie de poemas sin título con la intención de hacer un recorrido autobiográfico. El poeta local Mario Arteca optó por la lectura de uno de sus últimos libros Cuando salí de La Plata (Casi Incendio La Casa, 2001), una especie de crónica sobre el revés cultural de la ciudad, donde pareciera brotar necesariamente, entre verso y verso, la reflexión filosófica y la realidad política.
Julián Axat, abogado, poeta y editor de la colección “Los Detectives Salvajes”, también platense, retó a uno de sus personajes. Una especie de rufián o canalla que además de demandarle a gritos una urgente edición de sus poemas, rezongó contra la inseguridad y “los niños sucios y vagos” que manchan la ciudad.
Dos integrantes más fueron llamados a una lectura en el escenario, Mariano Abrevaya Dios que leyó el cuento “Jugarse”, y el poeta Nicolás Castro, uno de los mentores del proyecto. Por último, como cierre del espectáculo, el músico elegido fue Antolín con su guitarra.
El próximo jueves 9, en un mes dedicado a distintas temáticas, se hablará de La literatura, el fútbol y nosotros, cuyo invitado será el periodista y narrador Rodolfo Braceli. El encuentro está anunciado, como siempre, a las 19.30 hs.
Sofía Silva
Nota publicada en el diario Diagonales, el domingo 5 de septiembre de 2010.