Conocido tanto por su producción literaria como por sus artículos periodísticos, Osvaldo Soriano fue el escritor en quien pensó el cineasta Fabián Fattore para hacer un viaje por el desierto patagónico. El documental Línea Sur, dirigido por Fattore, es un relato tras las huellas de los libros de Soriano, iniciado en el tren que llega hasta Bariloche, pasando por Aguada Cecilia, Valcheta, el paraje Guardia Mitre, Ministro Ramos Mexía y terminado antes de Jacobacci, en Aguada de Guerra.
Luego de la proyección de la película, en el marco del Ciclo Cuatro Ficciones organizado por el Grupo Editor Mil Botellas en el Centro Cultural Islas Malvinas, Fattore dijo que el trabajo cinematográfico tenía su mayor punto de contacto con el escritor en la forma de construir los relatos: “la filmación se mueve en la frontera imprecisa entre el documental y la ficción, al modo de la literatura de Soriano”. Agregó, no obstante, que el disparador del documental había sido ese paisaje desnudo, “donde no hay de qué agarrarse y todo se ve en primer plano”, tal cual lo describió antes el autor de No habrá más penas ni olvidos.
La impresión que le producía el desierto patagónico y su gente, unida más por el silbido agudo del viento que por el ferrocarril, le trajeron de vuelta los relatos de Soriano sobre su infancia en Cipolletti, y las historias situadas en el sur, con esos personajes nómades, como perdedores extraviados. El propósito entonces fue que los textos guiaran el viaje; buscar así las historias de Soriano, sus protagonistas y testigos, conocer aquellos escenarios para allí reconocerlo a él.
El modo de avanzar en ese itinerario es a través de personas retratadas en imágenes opacas, que se mueven con la lentitud de un tiempo llano y abierto. Los personajes del film, además de leer fragmentos de los relatos, recrean escenas o contradicen la versión escrita de su propia anécdota, expandiendo, cada uno a su modo, el imaginario de Soriano en los textos de ficción. Aparecen, por ejemplo, un mecánico que dice haber restaurado un Torino 380, auto que compró sólo porque estaba barato, pero que distaba bastante de ser “la joyita” que se cuenta en la novela La hora sin sombras; un hombre de unos cuarenta años que luego de leer el fragmento del texto que lo involucra, ríe y niega el calificativo de ladrón que le da Soriano en Una sombra ya pronto serás, “sólo juntábamos los cables de los postes que entonces no tenían dueño”. También se eligen funciones de títeres del Circo del Surubí Sudado, donde se representa con botellas de plástico a Coluccini, equilibrista en bicicleta y personaje de la misma novela.
El documental cierra con unas líneas de Soriano que unen la propuesta visual de Fattore con la propia búsqueda del escritor: “no estoy seguro de que los relatos se tomen de la vida, creo que la vida deriva de ellos. Piratas, fantasmas y dinosaurios es un libro de ficciones y artículos, un rompecabezas que toma cuerpo en su espesor conjunto”.
El próximo jueves, a las 19.30hs, el Ciclo continúa con la proyección de Como un souvenir, documental sobre el grupo Estelares. Estarán invitados, Gustavo Ragadale, su director, y el cantante del grupo Manuel Moretti.
Luego de la proyección de la película, en el marco del Ciclo Cuatro Ficciones organizado por el Grupo Editor Mil Botellas en el Centro Cultural Islas Malvinas, Fattore dijo que el trabajo cinematográfico tenía su mayor punto de contacto con el escritor en la forma de construir los relatos: “la filmación se mueve en la frontera imprecisa entre el documental y la ficción, al modo de la literatura de Soriano”. Agregó, no obstante, que el disparador del documental había sido ese paisaje desnudo, “donde no hay de qué agarrarse y todo se ve en primer plano”, tal cual lo describió antes el autor de No habrá más penas ni olvidos.
La impresión que le producía el desierto patagónico y su gente, unida más por el silbido agudo del viento que por el ferrocarril, le trajeron de vuelta los relatos de Soriano sobre su infancia en Cipolletti, y las historias situadas en el sur, con esos personajes nómades, como perdedores extraviados. El propósito entonces fue que los textos guiaran el viaje; buscar así las historias de Soriano, sus protagonistas y testigos, conocer aquellos escenarios para allí reconocerlo a él.
El modo de avanzar en ese itinerario es a través de personas retratadas en imágenes opacas, que se mueven con la lentitud de un tiempo llano y abierto. Los personajes del film, además de leer fragmentos de los relatos, recrean escenas o contradicen la versión escrita de su propia anécdota, expandiendo, cada uno a su modo, el imaginario de Soriano en los textos de ficción. Aparecen, por ejemplo, un mecánico que dice haber restaurado un Torino 380, auto que compró sólo porque estaba barato, pero que distaba bastante de ser “la joyita” que se cuenta en la novela La hora sin sombras; un hombre de unos cuarenta años que luego de leer el fragmento del texto que lo involucra, ríe y niega el calificativo de ladrón que le da Soriano en Una sombra ya pronto serás, “sólo juntábamos los cables de los postes que entonces no tenían dueño”. También se eligen funciones de títeres del Circo del Surubí Sudado, donde se representa con botellas de plástico a Coluccini, equilibrista en bicicleta y personaje de la misma novela.
El documental cierra con unas líneas de Soriano que unen la propuesta visual de Fattore con la propia búsqueda del escritor: “no estoy seguro de que los relatos se tomen de la vida, creo que la vida deriva de ellos. Piratas, fantasmas y dinosaurios es un libro de ficciones y artículos, un rompecabezas que toma cuerpo en su espesor conjunto”.
El próximo jueves, a las 19.30hs, el Ciclo continúa con la proyección de Como un souvenir, documental sobre el grupo Estelares. Estarán invitados, Gustavo Ragadale, su director, y el cantante del grupo Manuel Moretti.
Verónica Stedile
Nota publicada en Diagonales, el lunes 15 de junio de 2009.
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