domingo, 7 de marzo de 2010

DUJOVNE ORTÍZ: "NUNCA CREÍ EN LA MODESTIA ABSOLUTA DEL ESCRITOR"

Alicia Dujovne Ortíz junto a Ramón D. Tarruella, moderador de la charla.
Foto: Delfina Magnoni


No puedo escribir sobre seres sedentarios, tiene que ser sobre gitanos”. La frase dicha por Alicia Dujovne Ortiz en el auditorio del Centro Cultural Islas Malvinas resumió una identidad. La autora de La muñeca rusa se ve como “una persona hecha a pedacitos” que “está tratando de volver definitivamente al país”. Fiel a su estilo nómade hoy sus días se reparten entre tres ciudades: Buenos Aires, París y Granada. “El escritor nunca pertenece a nada”, agregó.
Nómade al fin, el jueves pasado inauguró el ciclo Cuatro Ficciones del año 2010, el espacio organizado por la Editorial Mil Botellas que va por su tercer año. Allí, Alicia Dujovne Ortiz habló sobre su relación con la escritura y con sus obras. Reconoció ser una escritora compulsiva que siempre piensa en un proyecto futuro, como una forma de jugarle trampas al tiempo. “El bache de la soledad entre el final de una novela y la próxima me parece insoportable. Desarrollo astucias para no sentir esa orfandad”, dijo.
Definiendo su escritura como barroca y selvática, acotó que “cuando uno escribe es olímpico, vampírico. Escribir me salva, para mí dejar de escribir es como levantar la caja de pandora”. Proveniente de una familia de escritores y comenzó de muy chica a escribir poesías. Ella misma reconoció que “el sello de novelista apareció tarde” con la publicación de El buzón de la esquina, en 1977.
A la hora de escribir, confesó que “son los personajes los que me guían para saber si escribir una novela o una biografía”. En los casos de Eva Perón y Diego Maradona resaltó que “el común denominador es que son seres marginales que viven situaciones extremas. Rozan la mística a fuerza de exacerbar la pasión”. En el caso de la biografía sobre su padre, El camarada Carlos, dijo que se trató de una historia que se debía y con la cual saldó una deuda entre sus padres y ella.
Aprovechando una pregunta del público, repasó su paso por el periodismo. Comenzó la profesión cuando un amigo le consiguió hacer notas en la Revista La Nación. “De repente, me encontré haciendo notas en el Teatro Maipo, a Nélida Lobato, y eso fue sacarme de tierra de nadie, ponerme en el circuito de la actividad”. Sobre sus días en el Diario La Opinión, uno de los mejores momentos de la charla fue cuando describió su encuentro con el poeta entrerriano Juan L. Ortiz. “Nunca creí en la modestia absoluta del escritor, en Juanele sí”
En breve publicará una novela sobre Santa Teresa. En la obra, escrita en primera persona, Dujovne Ortiz reiteró una fórmula ya explorada: retratar a una mujer de naturaleza extrema pero sin entrar en sus sentimientos, “intentando que me resuenen cosas del personaje y que esos ecos se transformen en escritura”.
Antes del libro sobre Santa Teresa saldrá ¿Quién mató a Diego Duarte?, una investigación periodística que, desde su título, parafrasea a Rodolfo Walsh, a modo de homenaje al autor de ¿Quien mató a Rosendo? El escenario de la novela se desarrolla en José León Suarez, donde se reconstruye la muerte de Diego Duarte, un pibe cartonero asesinado por orden de unos policías en el basural del CEAMSE. “Armé un texto que me enorgullece donde denuncio con nombre y apellido a los policías”, anticipó la autora.
El ciclo Cuatro Ficciones continúa el jueves próximo, a las 19:30 horas, con la presencia de Guillermo Martínez, el autor de Crímenes Imperceptibles, novela llevada al cine por el director español Alex de la Iglesia.

Mauro Basiuk
Nota publicada en el diario Diagonales el domingo 7 de marzo de 2010.

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