Sofía Silva, integrante de la Editorial Mil Botellas, ofició de moderadora del encuentro que comenzó con Mercado leyendo los fundamentos del jurado para elegir la obra. “Cuando leí la novela tuve la impresión de encontrar a un narrador contemporáneo”, argumentó acerca de la razón personal de su elección, además de considerar que el texto “se desplaza libre y enriquecido”.
Al momento de las palabras, el autor Ramón Tarruella contó que al escribir Allá, arriba, la ciudad “trabajaba en una serie de cuentos con personajes cobardes, que no se animaban a enfrentar la adversidad” y expresó su interés en “retratar a esos seres con matices y ver lo que en ellos generan el miedo y la incertidumbre”.
También aclaró que Allá, arriba, la ciudad “no es sobre la crisis del 2001”. La novela relata las acciones de tres personajes que se relacionan en un teatro ubicado en un sótano. Desde allí, distantes pero temerosos, oyen los sonidos de una ciudad, situada en un plano superior, convulsionada por la represión de aquel diciembre de principios de siglo. Para ejemplificar la función movilizante del miedo, Tarruella recordó al escritor francés Albert Camus y su obra El extranjero.
Comparada con su novela anterior Balbuceos (en noviembre), Tarruella consideró que a ambas “las une la intención de retratar al Estado como una maquinaria capaz de reprimir y de ahogar proyectos y generaciones” y se mostró tranquilo “porque las novelas son distintas, por más que el pulso de escritura sea parecido”.
Sobre el final, respondiendo a una pregunta del público, Tarruella dijo desconocer los secretos del escritor. Lo que sí quedó en claro es su propia visión al momento de escribir: “Con mi literatura prefiero plantear dudas y no certezas. Me gusta ser consciente de lo que escribo”.
El final del encuentro tuvo música a cargo del Malevaje Tango Trío, quienes con flauta, guitarra y piano tocaron un repertorio que incluyó temas de Aníbal Troilo, Astor Piazzolla, Julián Plaza, entre otros.
El Ciclo Cuatro Ficciones se reanudará el próximo jueves con la presentación de una biografía sobre Simón Radowitsky, escrita por Alejandro Marti.
Al momento de las palabras, el autor Ramón Tarruella contó que al escribir Allá, arriba, la ciudad “trabajaba en una serie de cuentos con personajes cobardes, que no se animaban a enfrentar la adversidad” y expresó su interés en “retratar a esos seres con matices y ver lo que en ellos generan el miedo y la incertidumbre”.
También aclaró que Allá, arriba, la ciudad “no es sobre la crisis del 2001”. La novela relata las acciones de tres personajes que se relacionan en un teatro ubicado en un sótano. Desde allí, distantes pero temerosos, oyen los sonidos de una ciudad, situada en un plano superior, convulsionada por la represión de aquel diciembre de principios de siglo. Para ejemplificar la función movilizante del miedo, Tarruella recordó al escritor francés Albert Camus y su obra El extranjero.
Comparada con su novela anterior Balbuceos (en noviembre), Tarruella consideró que a ambas “las une la intención de retratar al Estado como una maquinaria capaz de reprimir y de ahogar proyectos y generaciones” y se mostró tranquilo “porque las novelas son distintas, por más que el pulso de escritura sea parecido”.
Sobre el final, respondiendo a una pregunta del público, Tarruella dijo desconocer los secretos del escritor. Lo que sí quedó en claro es su propia visión al momento de escribir: “Con mi literatura prefiero plantear dudas y no certezas. Me gusta ser consciente de lo que escribo”.
El final del encuentro tuvo música a cargo del Malevaje Tango Trío, quienes con flauta, guitarra y piano tocaron un repertorio que incluyó temas de Aníbal Troilo, Astor Piazzolla, Julián Plaza, entre otros.
El Ciclo Cuatro Ficciones se reanudará el próximo jueves con la presentación de una biografía sobre Simón Radowitsky, escrita por Alejandro Marti.
Mauro Basiuk
Fotos: Delfina Magnoni
Nota publicada el martes 4 de mayo de 2010 en el diario Diagonales.
Ramón junto a Tununa Mercado
Ramón, Tununa y Sofía
Malevaje Tango Trío
Ramón, Luis, Sofía, Mauro y Jemina 
Sofía, Martín, Juan Pablo, Ramón, Pablo y Emmanuel
Martín, Juan Pablo, Jemina, Pablo y Paula
Ramón y Pablo después de una dedicatoria
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