Alberto Szpunberg y Vicente Muleiro
El encuentro del jueves pasado, en el Centro Cultural Islas Malvinas, se trató de una auténtica oda a la poesía. Con definiciones como “la poesía lo puede todo”, “me siento feliz cuando escribo versos”, “el poema es un acto subversivo”, los invitados, Vicente Muleiro y Alberto Szpunberg, han compartido su pasión por el género.
La charla comenzó con un breve retrato de sus primeros años como poeta. Muleiro, quien también es narrador y actualmente subdirector de Radio Nacional, recordó el grupo “El ladrillo”, donde comenzó su andar en la literatura junto a poetas como Jorge Boccanera y María del Carmen Colombo. “Era un grupo de una gran diversidad ideológica. Había troskistas, peronistas, comunistas. El cruce entre cultura política y poesía era fundamental”, comentó Muleiro, sobre su experiencia recién iniciada la década del setenta. No fue el caso de Szpunberg, quien comenzó en los años sesenta y como militante del partido comunista. “A los 14 años me afilié al partido y leí todo lo que llegaba como formación política, desde La madre de Gorki hasta los poemas de Maiacovski. Por suerte, luego me echaron y tomé hacia otros rumbos políticos”, confesó el autor de El Che amor.
Más allá de esos recuerdos, los invitados se distanciaron de toda melancolía. “Actualmente hay otros íconos de militancia, no se puede imitar las formas de los años sesenta y setenta. Lo primero, para un poeta, es escribir, un trabajo donde hay que insistir”, aclaró Szpunberg. Desde una mirada periodística, Muleiro resaltó algunos hechos coyunturales que dieron lugar a nuevas expresiones. Las respuestas a las manifestaciones del campo, los festejos del Bicentenario. “Sigue existiendo la cuestión grupal, la necesidad de buscar un nosotros”, sintetizó.
Alberto Szpunberg sólo publicó poesía, desde 1962, con Poemas de la mano mayor, su primer libro. Vicente Muleiro, en cambio, es autor de cuatro novelas, de obras de teatro, y coautor de una biografía sobre Jorge Rafael Videla, además de poeta. Sin embargo los dos coincidieron en atribuirle un don revolucionario al género. “La poesía es revolucionaria porque tiene un acto subversivo desde el mismo uso de la palabra, desde esa búsqueda”, sentenció Szpunberg. Muleiro eligió una anécdota de la poeta Olga Orozco para aportar a esa idea: “ella estaba combatiendo al lenguaje cuando le escribía versos a su gata Berenice. Y también estaba iniciando un acto de provocación, más allá de sus ideas políticas”.
Antes de finalizar el encuentro leyeron poemas de sus últimos libros. Muleiro, de Ondulaciones, y Szpunberg de La Academia de Piatock, ambos de 2009. El jueves próximo, como cierre del mes dedicado a la poesía, habrá una mesa de autores platenses. Los invitados, de diferentes generaciones, serán Patricia Coto, Virginia Fuente, Carlos Aprea y Miguel Delía.
Ramón D. Tarruella
La charla comenzó con un breve retrato de sus primeros años como poeta. Muleiro, quien también es narrador y actualmente subdirector de Radio Nacional, recordó el grupo “El ladrillo”, donde comenzó su andar en la literatura junto a poetas como Jorge Boccanera y María del Carmen Colombo. “Era un grupo de una gran diversidad ideológica. Había troskistas, peronistas, comunistas. El cruce entre cultura política y poesía era fundamental”, comentó Muleiro, sobre su experiencia recién iniciada la década del setenta. No fue el caso de Szpunberg, quien comenzó en los años sesenta y como militante del partido comunista. “A los 14 años me afilié al partido y leí todo lo que llegaba como formación política, desde La madre de Gorki hasta los poemas de Maiacovski. Por suerte, luego me echaron y tomé hacia otros rumbos políticos”, confesó el autor de El Che amor.
Más allá de esos recuerdos, los invitados se distanciaron de toda melancolía. “Actualmente hay otros íconos de militancia, no se puede imitar las formas de los años sesenta y setenta. Lo primero, para un poeta, es escribir, un trabajo donde hay que insistir”, aclaró Szpunberg. Desde una mirada periodística, Muleiro resaltó algunos hechos coyunturales que dieron lugar a nuevas expresiones. Las respuestas a las manifestaciones del campo, los festejos del Bicentenario. “Sigue existiendo la cuestión grupal, la necesidad de buscar un nosotros”, sintetizó.
Alberto Szpunberg sólo publicó poesía, desde 1962, con Poemas de la mano mayor, su primer libro. Vicente Muleiro, en cambio, es autor de cuatro novelas, de obras de teatro, y coautor de una biografía sobre Jorge Rafael Videla, además de poeta. Sin embargo los dos coincidieron en atribuirle un don revolucionario al género. “La poesía es revolucionaria porque tiene un acto subversivo desde el mismo uso de la palabra, desde esa búsqueda”, sentenció Szpunberg. Muleiro eligió una anécdota de la poeta Olga Orozco para aportar a esa idea: “ella estaba combatiendo al lenguaje cuando le escribía versos a su gata Berenice. Y también estaba iniciando un acto de provocación, más allá de sus ideas políticas”.
Antes de finalizar el encuentro leyeron poemas de sus últimos libros. Muleiro, de Ondulaciones, y Szpunberg de La Academia de Piatock, ambos de 2009. El jueves próximo, como cierre del mes dedicado a la poesía, habrá una mesa de autores platenses. Los invitados, de diferentes generaciones, serán Patricia Coto, Virginia Fuente, Carlos Aprea y Miguel Delía.
Ramón D. Tarruella
Foto: Delfina Magnoni
Nota publicada en el diario Diagonales, el domingo 20 de junio de 2010.
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