jueves, 1 de abril de 2010

NOVEDAD EDITORIAL


Como un aguafuerte ascético, realista, la narrativa de los cuentos de El romance del Aniceto nos conduce en conmoción de lo individual a lo universal. Sus habitantes son nuestros, los reconocemos; parecieran vivir en un mismo pueblo de alucinaciones y sed de vida que los desbasta. Es por eso que naturalmente, conviven en ellos la desmesura suicida del Aniceto y su gallo de riña con la Mariscala y su señorío prostibulario, el dependiente y sus represiones, con la ballena y su enamorado. Y entre ellos la boliviana, en donde la remembranza del autor nos advierte que esta vez sí estamos transitando un tiempo autobiográfico, rotundo.
Las adaptaciones de dos de sus cuentos llevados al cine por su hermano, el director Leonardo Favio, nos han dado una muestra de su calidad de narrador.


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