El jueves pasado, en el Centro Cultural Islas Malvinas, Gustavo Ferreyra y Jorge Consiglio, propusieron una auténtica reunión de dos amigos que no sólo comparten el oficio y forman parte de la misma generación, sino que se admiran entre sí, han recorrido un camino parecido y en los últimos años, han tenido un genuino reconocimiento de sus pares.
Ambos comenzaron a publicar ya siendo grandes, en la década del noventa, por lo que hubo un largo trabajo en silencio y en soledad antes de la edición del primer libro. “Es lo opuesto a lo que dice Lamborghini, eso de editar y luego escribir”, reconoció Gustavo Ferreyra, sociólogo y docente. “Creo que tuvimos una formación, por fuera de Puán. Yo no tenía amigos ni conocía a escritores. Eso fue luego de que comenzara a publicar”, agregó. Su primera novela, El amparo, salió en 1994. Incluso siendo ya profesor de Sociología nunca se asumía como escritor, “más allá que escribo desde siempre”.
Algo parecido ocurrió con Jorge Consiglio, aunque él se recibió de Licenciado en Letras en la Universidad de Buenos Aires, justamente en Puán. “Cuando comencé Letras yo escribía poemas, cuentos, pero la carrera me obstruyó, no me facilitó la escritura”, comentó Jorge Consiglio. Sus primeros libros fueron de poesía y en sus años de estudiante formó parte de una editorial casera, junto a Federico Jeanmaire, quien pasó por el ciclo el jueves anterior. “Hace años atrás había menos editoriales y pocos lugares para publicar y eso no facilitaba la edición”, acotó Consiglio.
Ante la pregunta de cada encuentro sobre los inicios como escritor, Gustavo Ferreyra ilustró esos comienzos con una anécdota:”yo estudiaba en un Industrial y detrás de los planos, de los dibujos de un horno, de una instalación, escribía poemas”. Y fue gracias al éxito de las novelas de Isabel Allende, en los años noventa, que la editorial Sudamericana se animó a editar a nuevos autores. Entre ellos, Gustavo Ferreyra, autor inédito en esos años.
Ambos escritores están catalogados como una literatura sórdida, con cierto pesimismo. “Uno es fiel a su imaginario. ¿Qué leo yo? Onetti, Coetzee, Arlt. Cada uno de esos autores responde a mi imaginario”, explicó Consiglio, autor de la novela Pequeñas intenciones, que la presentará en Buenos Aires el mismo Gustavo Ferreyra, a principios de noviembre. En el caso de Ferreyra, según palabras del mismo Consiglio, las dos últimas novelas, Piquito de oro (2009) y Dóberman (2010), lo sórdido es acompañado por el humor, cierta ironía. “En Piquito la política surge de inmediato, con nombres propios. Duhalde, los asesinatos de Kosteki y Santillán”, dijo Ferreyra. Para Consiglio, su conflicto en la relación de la literatura y la política “es que los nombres cotidianos se mueven como algo contemporáneo”.
Ante la pregunta de cada encuentro sobre los inicios como escritor, Gustavo Ferreyra ilustró esos comienzos con una anécdota:”yo estudiaba en un Industrial y detrás de los planos, de los dibujos de un horno, de una instalación, escribía poemas”. Y fue gracias al éxito de las novelas de Isabel Allende, en los años noventa, que la editorial Sudamericana se animó a editar a nuevos autores. Entre ellos, Gustavo Ferreyra, autor inédito en esos años.
Ambos escritores están catalogados como una literatura sórdida, con cierto pesimismo. “Uno es fiel a su imaginario. ¿Qué leo yo? Onetti, Coetzee, Arlt. Cada uno de esos autores responde a mi imaginario”, explicó Consiglio, autor de la novela Pequeñas intenciones, que la presentará en Buenos Aires el mismo Gustavo Ferreyra, a principios de noviembre. En el caso de Ferreyra, según palabras del mismo Consiglio, las dos últimas novelas, Piquito de oro (2009) y Dóberman (2010), lo sórdido es acompañado por el humor, cierta ironía. “En Piquito la política surge de inmediato, con nombres propios. Duhalde, los asesinatos de Kosteki y Santillán”, dijo Ferreyra. Para Consiglio, su conflicto en la relación de la literatura y la política “es que los nombres cotidianos se mueven como algo contemporáneo”.
El libro de cuentos El otro lado, de Jorge Consiglio, acumuló elogios en medios y en colegas. Un género al que él recurre entre la escritura de una y otra novela. “Yo escribo cuentos con mayor precisión, buscando el estilo en cada oración, en cada párrafo. Eso me lo permite el cuento y no la novela”, agregó. En el caso de Ferreyra, más allá que tiene un libro de cuentos, El perdón (1997), la novela es el género elegido. “Yo estoy dedicado a la novela, me he situado en la novela”, aclaró. Ambos siguen escribiendo, ahora contando con el interés de las editoriales. Incluso Consiglio ya tiene el titulo de su próxima novela, Hotel Posadas, “que desde una historia personal me meto de lleno en la política, situada en los años setenta”.
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