lunes, 24 de octubre de 2011

LA LITERATURA POR UN "REVISTERO" Y UN MÚSICO

Sergio Olguín y Pablo Ramos
Los escritores Sergio Olguín y Pablo Ramos, pasaron por el Ciclo Cuatro Ficciones que la editorial Mil Botellas organiza en el Centro Cultural Islas Malvinas, y compartieron un sinfín de anécdotas, lecturas y experiencias sobre el oficio. Olguín ubicó sus inicios como escritor a los diez años, con una primera novela, inédita, abandonada ahora por algún cajón de la casa de sus padres, en Lanús, lugar donde pasó su infancia. La novela tenía como protagonista a su perro, y la tituló “Lobo, mi buen amigo”. Al contrario de la novela, el perro era un peligro, no se dejaba vacunar y andaba mordiendo a la gente de todo el barrio. Fue “una suerte de copia de Platero y yo”, confesó, entre risas, el autor de Oscura monótona sangre (2009).
Pablo Ramos, a modo de bautismo, recordó una crítica despiadada que le hizo el escritor Abelardo Castillo a uno de sus cuentos, el primer día que comenzaba su taller literario. Además citó un consejo de la narradora Liliana Heker: “tal vez no llegues a hacer importante para la literatura, pero la literatura sí es muy importante para vos”. Dos situaciones que el autor de El origen de la tristeza (2004), según contó, las piensa como “fundamentales”.
La revista “V de Vian” ocupó buena parte de la charla. Un proyecto que Olguín puso en marcha junto a Pedro B. Rey y Claudio Zeiger, después de abandonar la carrera de Filosofía y Letras. La revista pensaba en el “lector común” y se propuso hacer “lo que quería”. “La idea siempre fue que la publicación sea de cultura en general, para la que la gente se enganchara de paso con la literatura”, expresó Olguín. Además se autodefinió revistero, “muy revistero”, resaltó. Cosa que se hace evidente, al ser miembro actual del consejo de dirección de “Lamujerdemivida”. Y antes, de otra conocida revista: “El amante”; una publicación sobre cine, un proyecto paralelo a “V de Vian” y que hizo época en la década del noventa.
Además de Boris Vian y La espuma de los días, Olguín nombró una lista de autores de cabecera: Jorge Asís, Enrique Medina, Ricardo Piglia, George Simenon y la novela Sobre héroes y tumbas de Ernesto Sábato. Nombró, entre sus favoritos, a autores contemporáneos como Eduardo Sacheri, Claudia Piñeiro y Juan Incardona sin olvidar “toda la poesía argentina de los años ´50” que incluye autores como Alberto Vanasco, Edgar Bayley, Mario Trejo y César Fernández Moreno. También sumó a la lista al francés Albert Camus.
Pablo Ramos, en cambio, prefirió encabezar el inventario con Jean-Paul Sartre, y siguió enumerando nombres: al poeta alemán Rainer Maria Rilke, a Humberto Constantini, Roberto Arlt, Manuel Puig, Abelardo Castillo, Ernest Hemingway, John Cheever y Raymond Carver.
Para Ramos el proceso de creación además de caótico le resulta “muy tortuoso”, según reveló. Tiene como devoción una frase de Isak Dinesen pegada en su escritorio que reza: “escribir todos los días un poco sin esperanza, pero sin desesperar”. Contó que se dispone frente a la PC sin una idea, pero que sin embargo precisa nada menos que “toda una habitación empapelada” con frases, ideas sueltas y los posibles movimientos de sus protagonistas para empezar a escribir. Ramos compartió con Olguín su preocupación por los personajes. De hecho, El origen de la tristeza (2004) y La ley de la ferocidad (2007) comparten como personaje a Gabriel Reyes.
Olguín, por su parte, necesita jugar al Age of Empire para “limpiarse de preocupaciones” y meterse así, de lleno en los personajes. Según dijo, siempre tiene una excusa maravillosa para no sentarse a escribir, pero una vez que lo consigue, rito del juego mediante, logra una concentración tan afanosa que le permite dar con la escritura en cualquier parte, entre sus hijos que va de un lado a otro. “O con la televisión prendida y el olor a comida que llega desde la cocina”, detalló el autor de Filo (2003).
Hacia el final de la charla, Ramos declaró que su sueño siempre fue ser “cantante de rock” y habló del proyecto que hace unos años comenzaron con el cantautor Gabo Ferro. Proyecto a cuatro manos y que hoy le permite escribir canciones, o a la inversa, cantar las letras que compone Ferro. “Con Gabo tenemos un amigo librero que nos presentó. A él le dio a leer mi primer libro de poemas Lo pasado pisado (1997) y a mí me pasó un disco para que lo escuchara”. A partir de esa presentación no descansaron hasta sacar “una de las publicaciones más importantes de mi vida”, señaló Ramos, el disco El hambre y las ganas de comer (2010).
Además del proyecto con Ferro, Pablo Ramos está escribiendo una novela Los ángeles también deben morir, y cuenta con un libro de cuentos listo para publicar, El camino de la luna. Sergio Olguín acaba de poner punto final a una novela, La fragilidad de los cuerpos, un policial clásico, según anticipó.
El próximo jueves en el Centro Cultural Islas Malvinas, a las 19.30hs, el mes de conversaciones cierra con otra mesa de lujo. Se presentarán las escritoras Hebe Uhart y Mariana Enríquez.

Sofía Silva
Nota publicada en el diario Diagonales el lunes 24 de octubre de 2011.
FOTO: ARCHIVO MIL BOTELLAS.

No hay comentarios: